Puentes de París

Puentes en París

Los puentes de París son una parte importante del patrimonio cultural y paisajístico de la ciudad. Algunos de ellos son frecuentados cada día por visitantes de todo el mundo, como por ejemplo el Pont de l’Alma, conocido por la trágica muerte de la princesa Diana de Gales, o el Pont des Arts, donde las parejas de enamorados sellan su amor, anclando al puente un candado. Existen otros puentes menos conocidos, pero cada uno de ellos cuenta con su propia historia y encanto, por lo que merecen una visita.

En total, hay 37 puentes que cruzan el rio Sena y conectan las orillas derecha e izquierda de la ciudad, permitiendo que podamos desplazarnos a pie, en coche o incluso en tren. La atmosfera que transmiten los puentes le otorgan un encanto especial a la ciudad, tanto por el día, con la luz del sol, como por la noche, con la iluminación de los diferentes monumentos y lugares turísticos, como por ejemplo la Torre Eiffel.

Historia de los puentes en París

Origen de los puentes

Desde la época de los Parisii hasta la llegada de los romanos, todos los pueblos que han vivido en la ciudad que hoy conocemos como París ha intentado aprovechar al máximo el rio Sena para su navegación fluvial.

En primer lugar, la tribu Parisii (sigo III a. C.), hizo de la Île de la Cité el centro de su pueblo. Posteriormente, tras la conquista de Lutèce (nombre que le dieron a la ciudad de París los romanos) por parte de los romanos, la región se expandió en la orilla izquierda del río, hasta la actual montaña Sainte-Geneviève (Barrio Latino).

A finales del siglo IX, los vikingos llegaron a París, obligando a sus habitantes a refugiarse en la Île de la Cité. Por aquel entonces, la ciudad solo contaba con 2 puentes para unir ambas orillas: el Grand Pont y el Petit Pont.

Los puentes en la Edad Media

En la Edad Media, los denominados «mercaderes del agua» adquirieron gran importancia en la sociedad de la época. Esto provocó que los puentes de París comenzaran a multiplicarse. El rey Luis VII ordenó instalar orfebres y cambistas en el antiguo Grand Pont, que posteriormente adquirió el nombre de Pont au Change, debido a la actividad de cambio de divisas que se llevaba a cabo en el puente.

En 1413, el rey Carlos VI fue el encargado de bautizar un nuevo puente en la ciudad al que llamó Pont Notre-Dame, el cual unia el Quai de Gesvres con el Quai de la Île de la Cité.

Lamentablemente, ya no quedan puentes de la Edad Media. Todos ellos acabaron derrumbándose  a causa del peso que tenían que soportar de casas, comercios y armerías.

Los nuevos puentes de París

En el siglo XVII, la capital francesa, experimentó un aumento del tráfico entre sus 2 orillas, lo que obligó a construir nuevos puentes para aliviar la congestión del tráfico. El primero de ellos fue el Pont Neuf (el puente más antiguo de París), que se construyo en 1607, bajo el reinado de Enrique IV. Se caracteriza por ser el primer puente de piedra de París, que cruza el río Sena completamente, y que no ha sido cubierto.

El ingeniero y empresario Christophe Marie recibió el encargo de construir un nuevo puente, el Pont Marie, que se completó en 1635 después de veinte años de construcción. Durante este proceso, se construyeron cincuenta casas en el puente. Sin embargo, en 1658, las crecidas del Sena destruyeron dos arcos y  hasta una veintena de casas que. El puente fue reemplazado temporalmente por un puente de madera en 1660, con el objetivo de restablecer el tráfico. En 1677 el puente fue reconstruido en piedra, gracias al ministro Colbert.

El siguiente fue el Pont Royal, construido entre 1685 y 1689. La calidad de la construcción de puentes mejoró significativamente, lo que permitió disminuir los accidentes considerablemente. Viendo lo que ocurrió en el Pont Marie, Luis XVI prohibió en 1769 la construcción de casas en los puentes, para evitar de esta manera cargas demasiado pesadas sobre los mismos. El Pont de la Concorde, que se construyó durante la Revolución Francesa, fue construido con piedras extraídas de la Bastilla. En 1930, el Pont de la Concorde fue ampliado. Hoy en día, es el puente que soporta más tráfico.

En el siglo XIX, todos los viejos puentes de madera fueron reconstruidos en piedra, con la finalidad de mejorar su durabilidad. Desde el Pont Mirabeau hasta los Puentes Sully e Invalides o el magnífico Pont Alexandre III (construido en 1900 para conmemorar la Exposición Universal de 1900 y la amistad franco-prusiana), todos los antiguos puentes de París fueron reemplazados por amplios puentes de piedra sin viviendas. El Pont Bir Hakeim, reconstruido en 1905 y que contiene un viaducto metálico por el que pasa la línea 6 del metro, es un claro ejemplo de la originalidad arquitectónica de la época.

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Mapa de los puentes de París